domingo, 19 de diciembre de 2010

El mito de Edipo según Higino

La mitología clásica ha ejercido una perenne fascinación sobre la cultura occidental. Las antiguas historias de los dioses y héroes griegos conforman un núcleo siempre activo y vigente, cuyos temas son continuamente adaptados para, y recibidos por, nuevos públicos. Públicos que son rápidamente seducidos por el misterioso encanto poético y la profundidad de sus relatos. A partir de los siglos finales de la Edad Media y del inicio del Renacimiento, el arte plástico, la literatura y la música han producido nuevamente obras brillantes inspiradas en temas míticos y han contribuido a hacer de la mitología una corriente viva y una fuente de inspiración significativa. Asociados con la impronta decisiva que el humanismo renacentista tuvo en el mundo literario y artístico en general, los antiguos mitos griegos (y romanos) volvieron una vez más a ser clásicos. Desde entonces, su influencia siempre creciente se hizo patente en el siglo XX incluso en campos disciplinares tan relevantes como la antropología o el psicoanálisis. Es a esta última disciplina que le debe su gran popularidad el antiguo mito de Edipo, una de las más fascinantes historias griegas.

Como todos los mitos griegos, el de Edipo conoció en el mundo antiguo infinidad de versiones. Me parece especialmente atractiva la del autor romano Higino, que seduce por su brevedad y contundencia:

LAYO

A Layo, hijo de Lábdaco, le había sido profetizado por Apolo que se cuidara de la muerte por mano de un hijo propio. Así, Yocasta, hija de Menoceo y esposa suya, habiendo parido, ordenó que el niño fuera abandonado. Peribea, esposa del rey Polibo, mientras lavaba en la costa un vestido, encontró al niño abandonado. Sabiéndolo Polibo, como estaban privados de descendencia, decidió criarlo como suyo y, puesto que tenía los pies atravesados, lo llamaron “Edipo”, es decir, “pies hinchados”.


EDIPO

 Cuando Edipo, hijo de Layo y de Yocasta, llegó a la edad viril, era más fuerte que los demás y, por envidia, sus iguales le echaban en cara que él era sólo un súbdito de Pólibo y que por esto mismo Pólibo era tan clemente y él tan desvergonzado. Edipo creyó en la verdad de lo que le decían y se marchó hacia Delfos para averiguar del oráculo quienes eran sus verdaderos padres. Mientras tanto, a Layo se le había manifestado en prodigios que la muerte le llegaría de mano de su hijo. Cuando Layo partió hacia Delfos, se encontró con Edipo en el camino, al que sus escoltas le ordenaron que despejara la vía para el rey, pero Edipo sólo respondió con indiferencia. El rey lanzó los caballos contra Edipo y aplastó su pie con la rueda. Edipo, enfurecido y desconociendo que se trataba de su padre, lo derribo del carro y lo mató. Muerto Layo, Creonte hijo de Meneces ocupó el trono de Tebas. Mientras tanto la Esfinge, hija de Tifón, llegó a Beocia y comenzó a asolar los campos tebanos. Ella indicó al rey Creonte que si alguien interpretaba el acertijo que ella propusiera, se marcharía de allí, pero que si planteado el enigma no podía resolverlo, ella lo devoraría y de ningún modo saldría del territorio.
Habiendo escuchado esto, el rey proclamó que entregaría el trono y la mano de su hermana Yocasta a aquel que pudiera resolver el enigma de la esfinge. Muchos vinieron ambicionando el reino, pero fueron todos devorados por la esfinge. Edipo se presentó ante la esfinge y pudo resolver su acertijo, por lo que aquella se dio muerte a sí misma. Edipo recibió el trono paterno y tomó como esposa a Yocasta, ignorando que se trataba de su madre. De ella procreó a Eteocles, Polinices, Antígona e Ismene.
Entretanto, recayó sobre Tebas una profunda miseria. Por causa de los crímenes de Edipo todos los campos se volvieron estériles. Siendo interrogado por Edipo el adivino Tiresias acerca de la razón por la que Tebas era así atormentada, éste respondió que si alguien del linaje del dragón todavía vivía y moría por la ciudad, ésta se libraría de la pestilencia. Entonces Meneceo, padre de Yocasta, se lanzó desde las murallas. Mientras esto acontecía en Tebas, en Corinto Pólibo dejó el trono. Enterado de esto Edipo empezó sufrir creyendo que el que él consideraba su padre había muerto, y fue luego confirmado en su suposición por Peribea. Pero fue entonces cuando el viejo Menetes, el mismo que había sido encargado de abandonar a Edipo en su niñez, reconoció que se trataba del hijo de Layo por las cicatrices de sus pies y tobillos.
Edipo, enterado de todo y viéndose culpable de tantos abominables crímenes, extrajo dos agujas de los vestidos de su madre y se privó con ellas de la vista. Entregó el reino en años alternados a sus hijos y huyó a Tebas con su hija Antígona cono guía.

Traducción de Diego Márquez y Darío Sánchez

jueves, 9 de diciembre de 2010

Los inicios de la arqueología y la epigrafía en el Renacimiento


He escrito con frecuencia en esta página sobre Poggio Bracciolini, el genial humanista a quien debemos, entre tantas otras cosas, la conservación de una buena parte de la literatura clásica. El multifacético Poggio se destacó, también, como el iniciador del estudio histórico serio de las ruinas romanas. En su obra se conjuga por vez primera el estudio de los restos arquitectónicos con el análisis tanto de inscripciones, como de las informaciones proporcionadas por los textos clásicos, especialmente Vitruvio y Frontino. La primera parte de su tratado De Varietate Fortuna es la principal fuente de la que disponemos para conocer el estado de conservación de los monumentos de la ciudad en la primera parte del siglo XV. Esta parte de su obra es conocida normalmente bajo el título: Ruinarum urbis Romae descriptio. Pero como este título lo indica, Poggio ofrece sólo una descripción del estado de los monumentos antiguos en su tiempo, y no un estudio sobre el pasado de la ciudad de Roma. Especialmente interesantes son sus referencias a la destrucción permanente que experimentan los restos de los edificios antiguos, principalmente porque el mármol era quemado para transformarlo en cal, que era a su vez usada como materia prima para nuevas construcciones. 
Pese a los importantes méritos de Poggio, el título de primer estudioso de la arqueología y la epigrafía antigua corresponde a Ciriaco de Ancona (c.1391-c.1450). Miembro de una familia de comerciantes, Ciriaco fue en gran medida un autodidacta cautivado por la corriente humanista de la época. Ciriaco dedicó primero su atención a las inscripciones de su ciudad natal, y posteriormente recopiló muchas en Roma, donde también estudió los restos arqueológicos. Ciriaco aprendió griego en Constantinopla y recorrió todos los territorios griegos recopilando informaciones arqueológicas y copiando los textos de las inscripciones. Con el cuidado en su trabajo Ciriaco definió criterios de rigurosidad en la trascripción de los textos y en la descripción de la ubicación de la inscripción que representan un gran avance disciplinar. Lamentablemente los manuscritos de sus obras principales se han perdido. 
Un nuevo nivel en el estudio de las ruinas romanas es alcanzado por Flavio Biondo (1388-1463). Al igual que muchos de los humanistas de este período, Biondo se desempeña como secretario de la curia papal y aprovecha las posibilidades y el tiempo libre proporcionado por este puesto para sus extensas investigaciones. Su obra  Roma instaurata (3 vols. 1444-1446) marca la primera vez que se deja de lado la mera descripción de las ruinas romanas para concentrarse en la reconstrucción histórica de los monumentos y la sociedad antigua. Su obra Roma triunphans (1455-1463) es un detallado estudio de las instituciones políticas, militares y religiosas de la Roma antigua. Su Italia illustrata (1453) es una descripción de los monumentos antiguos de la totalidad de Italia. Pero es su obra Historiarum ab inclinatione Romanorum imperii decades (1435-1453) la que marca un nuevo nivel en la historiografía humanista. Con ella Biondo se erige en fundador de la historia de la Antigüedad tardía y la Edad Media. Biondo es todavía ante todo un erudito antes que un historiador, pero su minucioso trabajo servirá de base para las generaciones siguientes y será muy utilizado por historiadores posteriores.

jueves, 2 de diciembre de 2010

La gallinas del emperador Honorio

Roma fue saqueada en el año 410 por los godos de Alarico. Era la primera vez en 800 años que la ciudad sucumbía ante el poder de las armas enemigas. El acontecimiento generó un hondo impacto entre los contemporáneos, que todavía creían firmemente que Roma, la ciudad eterna, reinaría por siempre. Un claro ejemplo es el testimonio de San Jerónimo, quien en una de sus obras diría al respecto: In una urbe totus orbis interiit (en una ciudad perece el universo entero).

El emperador romano de Occidente, Honorio, no residía en Roma, sino en la más segura Ravenna. El historiador griego Procopio relata una interesante anécdota sobre como recibió la noticia de la toma de la ciudad:

Uno de sus eunucos se acercó y le dijo que Roma había perecido. Visiblemente impresionado el emperador gritó: "Y sin embargo, ha comido de mi mano hace unos instantes!" Porque él tenía una gallina muy grande, su favorita, llamada Roma. El eunuco comprendió la confusión y le dijo que era la ciudad de Roma la que había perecido a manos de Alarico. El emperador, con un suspiro de alivio, respondió rápidamente: "Pero yo, mi buen amigo, pensé que era mi gallina Roma la que había perecido." Tan grande, dicen, fue la locura con la que estaba poseído este emperador.

La historia es probablemente falsa. Su objetivo es evidentemente presentar una imagen decadente del imperio. La misma fue hecha famosa por el historiador Edward Gibbon e inspiró el excelente cuadro de John Williams Waterhouse que acompaña esta entrada: Las favoritas del emperador Honorio.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Escuchar con los ojos a los muertos

Hace un tiempo citaba aquí un hermoso pasaje de una carta de Maquiavelo, que ilustra a la perfección la pasión por el estudio de la Antigüedad que es un componente central del humanismo renacentista. Un amigo me recordó otro texto comparable, el famoso soneto de Francisco de Quevedo, Desde la torre. Uno de sus exquisitos versos podría tomarse por una brevísima definición del humanismo: escuchar con los ojos a los muertos.

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.

En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.

Me parecía un texto apropiado para acompañar el pequeño cambio de aspecto de esta página, que espero os guste, sino más, por lo menos tanto como el anterior.

martes, 23 de noviembre de 2010

Excesiva creatividad docente?!

Todos los que hemos dado clases de historia sabemos que algunos temas pueden ser algo áridos y aburrir a los alumnos / estudiantes, por lo que es necesario esmerarse en ser didácticos y, si el tema lo permite, buscar también entretener y no sólo enseñar. Los videos que acompañan esta entrada son el producto de un grupo de profesores de historia de colegios secundarios de los EE.UU. que parecen haber llevado esa necesidad a un extremo. Pero los resultados me parecen excelentes. Aquí tienen dos ejemplos: la historia de Roma contada al ritmo del Mambo nr.5 (visto en Historia Clásica) y la Revolución francesa en el estilo de Lady Gaga. ¿Qué les parecen?



sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Cómo lograron los griegos triunfar en Maratón?

The Battle of Marathon (Yale Library of Military History)
¿Cómo logró la pequeña ciudad-estado de Atenas derrotar a los invasores de Persia en la llanura de Maratón? Nuestra principal fuente al respecto es la obra del historiador griego Heródoto, pero desde el siglo XIX los historiadores han rechazado su relato de la batalla y, sobre todo, su versión de que los hoplitas griegos cargaron por más de un kilómetro a toda velocidad para enfrentar a los persas. El peso de sus armas y corazas lo habría hecho imposible, se argumenta. En un estimulante libro reciente, (publicado para celebrar los 2500 años de la batalla) destinado a provocar controversia entre los especialistas, el investigador norteamericano Peter Krentz sostiene que Heródoto tenía razón después de todo.

Comenzando su análisis con los primeros contactos entre atenienses y persas en el 507 a.C., Krentz entrelaza pruebas antiguas con descubrimientos arqueológicos, y las experiencias de recreadores y soldados modernos para contar su historia. Krentz sostiene que, antes de Maratón, el ejército ateniense peleaba de una manera mucho más desorganizada e irregular de lo que la forma estándar de la falange hoplita sugiere y que el equipo de los hoplitas sólo pesaba la mitad de lo que se suele pensar. Toda esta evidencia le permite afirmar que los atenienses y sus aliados de Platea habrían estado en condiciones de llevar a cabo la veloz carrera de un kilómetro que Heródoto les adjudica.

Las tesis de Krentz generarán, sin duda, polémica entre los historiadores. Su libro será, sin embargo, disfrutado por el gran público. Su exposición es clara y su relato cautivante. Creo que será por muchos años el libro más importante sobre la batalla de Maratón.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Las citas de Groucho Marx

Las citas célebres representan la condensación máxima del ingenio y la elocuencia. Es por ello que atraen y cautivan. No sólo los antiguos descollaron en el arte de la expresión punzante y breve, todas las épocas han enriquecido nuestro acervo con sus aportes, como puede comprobarse en un recorrido por la genial página de Heli, etiopicitas. Los mejores intelectos de la humanidad, sobre todo escritores, filósofos, científicos y políticos, están allí muy bien representados, pero si tuviera que elegir a un maestro moderno del arte de la cita, me quedaría con el humorista y periodista, Groucho Marx. De él podemos encontrar en etiopicitas, entre otras, las siguientes joyas:

"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados"

"¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?"

"El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido".

"Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero. ¡Pero cuestan tanto!".

"El matrimonio es la principal causa de divorcio".

Dos de mis frases favoritas de Groucho no están, sin embargo, en etiopicitas:

“Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros.”

“He pasado una velada inolvidable, no ha sido ésta.”

jueves, 11 de noviembre de 2010

Peter Heather – La caída del Imperio Romano

The Fall of the Roman Empire: A New History of Rome and the Barbarians


Si bien no se trata de ninguna novedad editorial, hoy me permito recomendarles un libro que he leído recientemente

La caída del imperio romano se diferencia claramente de la línea historiográfica dominante en los estudios de las últimas décadas sobre el Bajo Imperio Romano, cuya figura principal es, sin duda, P. Brown. Dicha línea historiográfica ha estado orientada mayoritariamente hacia temas culturales y se ha caracterizado por una inevitable disgregación temática. Heather propone, por el contrario, una narrativa amplia, que abarca los principales procesos sociales, económicos y culturales, pero se concentra en el problema central de la historia político-militar del período: las causas de la desaparición del imperio romano de occidente. El eje central de la obra es el rechazo de la tesis que considera a factores internos (principalmente la transformación del imperio en un Estado autoritario con un peso impositivo asfixiante) como los causantes de la caída. Tesis expuesta en su forma clásica en las obras de M. Rostovzeff y A. H. M. Jones. Heather argumenta, por el contrario, a favor de los factores externos como preponderantes en ese proceso, en concreto: el impacto de los desplazamientos de los pueblos germánicos hacia el interior del imperio ante la avanzada de los hunos.


En una primera parte de la obra (“La pax romana”), Heather analiza la evolución que llevó al imperio romano, tras sobrevivir la crisis del siglo III, a asumir su forma tardoantigua característica, acentuando que esa transformación no implicó una disminución significativa en la eficiencia y capacidad de su aparato estatal. La segunda parte, “La crisis”, constituye el núcleo central de la obra. Heather expone aquí en forma detallada la compleja serie de eventos desencadenada por la expansión del poderío huno en la estepa euroasiática. El ingreso de los godos, inicialmente como refugiados, al territorio imperial y la posterior catástrofe militar representada por la derrota del ejército romano en la batalla de Adrianópolis (378) marcan el inicio de un proceso de deterioro de la capacidad militar romana. Los godos constituirán el primer poder independiente con control territorial dentro del imperio. La segunda oleada de invasiones (c.405-408) llevará a la creación de otros poderes germánicos autónomos, que substraerán en forma creciente al Estado romano occidental sus recursos fiscales, afectando su capacidad de reacción militar en forma decisiva. La conformación de un imperio huno controlado por el liderazgo de Atila produjo, en opinión de Heather, una relativa estabilización de la situación, pero su disgregación tras la muerte de esta carismática figura produjo nuevos desplazamientos migratorios, a los que el Estado romano no podía presentar una respuesta militar adecuada.

La tercera y última parte, “La caída de los imperios”, analiza la desaparición del imperio huno y la incapacidad final del territorialmente disminuido imperio romano de occidente de recuperar las provincias bajo el control de los nuevos reinos germánicos. La deposición del último emperador, Rómulo Augústulo, en 476 sólo certificó la defunción de un imperio ya inexistente. Para Heather los efectos de la creación de poderes germánicos autónomos en suelo romano fueron –como ya se indicó– los factores determinantes en el proceso que llevó a la caída del imperio romano occidental, pero no por ello deja él de reconocer la gran contribución al mismo de las limitaciones políticas y burocráticas de la estructura estatal del imperio tardoantiguo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

2500 años de la batalla de Maratón

En el mes de septiembre pasado se cumplieron 2500 años de la gran batalla que enfrentó a atenienses y persas en la planicie de Maratón en el Ática y definió el resultado de la Primera Guerra Médica. 

El ejército de Atenas era superado ampliamente en número por el enemigo, quien además disponía de abundantes fuerzas de caballería. A pesar de su desventajosa situación, los griegos sorprendieron a los persas extendiendo sus líneas en el centro pero manteniendo la fuerza de las alas para evitar un movimiento envolvente. Los hoplitas griegos realizaron, además, una larga carga de más de un kilómetro para entrar en combate antes de lo que los persas lo esperaban. El delgado centro griego retrocedió ante la presión de los persas, que habían colocado allí sus mejores tropas, pero sus alas hicieron huir al enemigo y se volvieron contra el centro persa que quedó rodeado. La victoria ateniense fue completa, mientras que sus fuerzas padecieron sólo 192 bajas, los persas perdieron unos 6500 hombres. Los invasores, sin darse todavía por vencidos, embarcaron nuevamente a los restos de su ejército e intentaron un desembarco en Atenas, pero los atenienses marcharon hacia allí a toda velocidad e hicieron fracasar una vez más sus planes, no quedándoles más que abandonar Grecia.


La batalla de Maratón fue, sin duda, uno de los acontecimientos trascendentales de la historia universal. El inesperado triunfo de los hoplitas atenienses liderados por Milcíades definió el curso de la historia occidental al garantizar la independencia de las póleis griegas frente a la avanzada del imperio persa. Los grandes aportes de la cultura griega clásica, la filosofía, el drama, la teoría política, la historiografía fueron productos propios del estilo de vida en la pólis, una forma de organización con características muy peculiares, completamente diferentes de las formas estatales que habían surgido en Oriente, que siempre habían culminado en estructuras de poder concentradas como la de Persia. La gran contribución de la polis al desarrollo político del mundo mediterráneo fue el concepto de ciudadanía. Las póleis griegas de la época presentaban gran diversidad de formas, pero un elemento central en la mayoría de ellas era la participación directa en la dirección del Estado de grupos relativamente amplios de los propietarios del suelo. Atenas era el caso más extremo, en el que las reformas de Clístenes habían creado, un par de décadas antes de la batalla, un sistema de participación política de todos los ciudadanos, sin importar su posición o riqueza. Si los atenienses hubieran sido derrotados en Maratón, eso habría significado el fin de este experimento democrático. En efecto, el último tirano ateniense, el cruel Hipias, que se había exiliado en Persia, era uno de los incitadores de la invasión y acompañaba a las tropas persas actuando como guía y consejero, aspirando a recuperar su antigua posición tras una eventual victoria.

Maratón fue un gran triunfo de la joven democracia griega, que llena de confianza en sí misma iniciaría el camino que la llevaría a transformarse en una potencia marítima y en el centro cultural de Grecia. Los persas no se habían resignado a esta situación e intentarían nuevamente someter a los griegos, pero esa es ya otra historia.

viernes, 29 de octubre de 2010

Francis Bacon de Perez Zagorin

Francis Bacon (Princeton Paperbacks)

Un lector me consultaba por bibliografía sobre Francis Bacon, de quien trataba recientemente en la entrada Scientia potentia est. La verdad es que la Inglaterra isabelina no es un ámbito de mi especialidad, pero he estado leyendo recientemente un libro al respecto que creo que puedo recomendar sin dudarlo. Lamentablemente se encuentra disponible sólo en inglés. Es un estudio de un-recientemente fallecido gran historiador del período, de quien he leído la mayoría de sus obras y me confieso admirador: Perez Zagorin.


La vida de un personaje enigmático

Francis Bacon (1561-1626) es considerado como uno de los fundadores de la revolución científica, cuya obra ejerció una poderosa influencia en el desarrollo intelectual del mundo moderno. Más allá de esta faceta intelectual, Bacón llevó una vida muy variada y dramática como, escritor, abogado, cortesano, hombre de estado e, incluso, practicante del ocultismo. Lo variado de sus habilidades ha dado origen a un extraño debate, pues algunos estudiosos creen que Bacon sería el verdadero autor de las obras de William Shakespeare. Si bien las pruebas son insuficientes, el debate permanece. Aunque ha habido mucha investigación reciente sobre los aspectos individuales de la carrera de Bacon, el libro de Pérez Zagorin es el primer trabajo en muchos años en presentar una imagen completa de todo el espectro de su pensamiento y su influencia.

Una gran introducción a un personaje complejo

Combinando una aguda visión académica y psicológica, Zagorin revela a Bacon como un hombre de singular genio, pero cuya personalidad estaba marcada por profundas paradojas y defectos pronunciados. El libro comienza con un esbozo de la compleja personalidad de Bacon y de su carrera pública. Zagorin muestra que, a pesar de su filosofía idealista y grandes dotes intelectuales, la vida política de Bacon se caracterizó por sus enormes esfuerzos para lograr avances y culminó con su destitución de su cargo como juez por aceptar sobornos. A continuación, se examina la filosofía de Bacon y su teoría de la ciencia en relación con su proyecto para la promoción del progreso científico. El autor muestra cómo el empirismo de Bacon hizo una contribución fundamental al crecimiento de la ciencia. Demuestra la importancia histórica de Bacon como un pensador profético, que, en los albores de la era moderna, predijo que la ciencia se usaría para prolongar la vida, curar enfermedades, inventar nuevos materiales, y crear armas de destrucción masiva. Por último, el libro examina los escritos de Bacon sobre temas como la moral, la política, el lenguaje, la retórica, el derecho y la historia. Zagorin muestra que Bacon fue uno de los grandes teóricos legales de su época, un influyente filósofo del lenguaje, y un historiador de agudo juicio.

Claro y muy bien escrito, el libro pone de manifiesto la riqueza, el alcance, y la grandeza de la obra de Bacon y reúne a las muy heterogéneas facetas de una mente extraordinariamente brillante.

Nueva dirección


Siguiendo adelante con mis planes para “profesionalizar” este blog, he modificado su dirección, dejando la provista por Blogger y adoptando una propia: www.citas-latinas.com.ar. Espero que todos los que tengáis links los actualicéis. De todos modos, la vieja dirección seguirá activa y redirigirá hasta aquí.

martes, 26 de octubre de 2010

Scientia potentia est


El conocimiento es poder

Si tuviera que elegir una cita latina como lema personal, me quedaría, sin duda, con Scientia potentia est, el conocimiento es poder. La misma es susceptible de muchas interpretaciones, pero yo la refiero a la capacidad del conocimiento de mejorar tanto nuestras habilidades y condiciones de vida como las de aquellos que nos rodean. Creo que ese sentido es cercano al que pretendía su autor. La frase procede de la pluma de ese brillante y enigmático personaje que fue el inglés Francis Bacón (1561-1621), a quien con igual justicia podríamos llamar abogado, político, ensayista, historiador, reformador intelectual, filósofo o fundador de la ciencia moderna. Bacon fue una mente brillante que reconoció las limitaciones y el anquilosamiento de los sistemas intelectuales de su tiempo y su incapacidad de aumentar el saber humano. Fue, en consecuencia, un crítico acérrimo del humanismo de su tiempo que, lejos de las ideas de las grandes mentes del Renacimiento, se encerraba en un culto inútil a la Antigüedad como única fuente de conocimiento. Bacon desarrolló, por oposición, una vía empírica para la obtención de verdades de la misma naturaleza que sería la base del moderno método científico.

Todo el conocimiento es mi provincia

Bacón afirmó en una carta a un pariente: "he tomado todo el conocimiento como mi provincia". No se trataba de un alarde vacío. Para remplazar a la educación tradicional -consistente en una mezcla de escolástica, humanismo repetitivo, y una visión casi mágica de la naturaleza-, Bacon propuso un sistema completamente nuevo basado en principios empíricos e inductivos y en el desarrollo activo de las nuevas artes e invenciones, un sistema cuyo objetivo final sería la producción de conocimientos prácticos para "el uso y beneficio de los hombres" y el alivio de la condición humana. Todo ello no significa que Bacon fuera un enemigo del verdadero humanismo, por el contrario, siempre fue un dedicado estudioso de la Antigüedad, pero lo suficientemente inteligente como para aprovechar sus conocimientos y no limitarse sólo a rendirles un tributo vacío. En ese sentido, creo que Bacon representó la verdadera culminación de los ideales del humanismo renacentista.

La desigual distribución del conocimiento

Alguien podría objetar que el desarrollo científico y económico que ha sido uno de los resultados de las ideas de Bacon ha proporcionado a la humanidad muchos males y problemas. Eso es indiscutible, pero creo que los beneficios han sido mucho mayores y que gran parte de los problemas contemporáneos derivan antes de nuestra ignorancia que de los productos del conocimiento. El principal problema es la desigual distribución del “saber” a escala mundial, mucho más injusta todavía que la de la riqueza. Mientras no se logre mayor igualdad en ese plano, el destino de la humanidad siempre estará en peligro.

En mis momentos de mayor optimismo me gusta creer que este blog puede realizar una ínfima contribución para inspirar a otros a seguir el camino del conocimiento y a contribuir a difundirlo.

martes, 19 de octubre de 2010

Un eunuco y un murciélago

La solución del acertijo griego que planteaba ayer aquí es muy simple, aunque es probable que decepcione a más de uno que esperara algo muy ingenioso:

Un hombre que no era hombre: un eunuco

vio a un pájaro que no era pájaro: vio un murciélago

posado sobre un palo que no era palo: posado sobre una caña

y le tiró una piedra que no era piedra: y le tiró una piedra pómez.

A mi me gusta mucho, pero no sé qué opináis vosotros.

lunes, 18 de octubre de 2010

Un acertijo griego

Los banquetes o simposios (del griego συμπόσιον, que podría traducirse como “reunión de bebedores”) eran los distendidos encuentros en que los antiguos griegos se reunían para celebrar todo tipo de ocasiones. En su famoso diálogo El banquete, Platón nos ha dejado una inolvidable imagen de una de esas reuniones en que el humor y el vino podían combinarse con profundos debates filosóficos, políticos literarios, etc. La extensa obra de Ateneo, los Deipnosofistas (El banquete de los eruditos), ilustra a la perfección en sus quince libros la gran variedad de asuntos que podían animar la conversación durante estos encuentros.
Los simposios eran reuniones exclusivamente masculinas, en las que las mujeres sólo podían intervenir como entretenimiento, como las famosas flautistas en el diálogo de Platón. El hedonismo, el dominio del lenguaje y el típico espíritu de competencia griego eran las características centrales de estos banquetes. Un pasatiempo favorito en los mismos era, por ejemplo, la resolución de acertijos. Cada invitado planteaba por turno una adivinanza a otro y debía a su vez resolver una. Quien fracasaba en el intento, se veía obligado a beber su vino mezclado con sal.
Algunos acertijos eran realmente difíciles. Aquí os dejo uno para que probéis vuestro ingenio. Es verdaderamente antiguo, ya que se alude a él en La república de Platón:

Un hombre que no era hombre, vio a un pájaro que no era pájaro posado sobre un palo que no era palo, y le tiró una piedra que no era piedra.

¿Sabéis la respuesta?

lunes, 11 de octubre de 2010

Lucio Cornelio Sila

Sila es una de las figuras más polémicas de la historia de la república romana.  Fue un brillante general, carismático lider y político visionario, pero también un despiadado enemigo, cruel verdugo y dictador implacable. Los objetivos de su vida fueron la obtención de la gloria personal y la preservación del orden oligárquico que garantizaba a algunas familias aristocráticas el control del Estado romano. Para conseguir estos fines consideró legítimo recurrir a los medios más extremos, convirtiéndose en el primer comandante en utilizar las legiones para tomar violentamente la ciudad de Roma e imponer su voluntad política por la fuerza de las armas. Fue también el primero en hacer de la violencia una herramienta central en la lucha política, persiguiendo incansablemente a sus enemigos hasta darles muerte sin piedad ni consideración alguna, como lo ilustran las célebres proscripciones. La ironía es que la constitución oligárquica que Sila se esforzó por proteger sucumbiría finalmente a las mismas armas que éste había diseñado para defenderla.
Según Plutarco, Sila se hizo erigir un monumental sepulcro en el campo de Marte. El mismo estaba decorado con una inscripción en que el dictador afirmaba que nadie le había ganado ni en hacer el bien a sus amigos ni el mal a sus enemigos.

Podéis leer un breve resumen de la carrera de Sila en esta entrada de mi blog monedas antiguas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Google ahora traduce latín

Entre sus innumerables servicios online, Google también ofrece una página de traducción en numerosos idiomas: Google Translate. Lo he probado con frecuencia y es relativamente bueno cuando se trata de las lenguas internacionales más difundidas (como inglés, español, alemán, francés, italiano). Los errores son frecuentes pero logra, en la mayoría de los casos, producir un texto comprensible en el idioma de destino, siempre y cuando la redacción no sea muy compleja.
Hace algunos días Google añadió a los idiomas cubiertos por este servicio el latín y lo anunció en su blog con una entrada redactada en la antigua lengua del Lacio: Veni, vidi, verba verti. Se trata de un testimonio más, si es que alguien cree que éste era necesario, de la vitalidad de esta lengua clásica y lo considero, por lo tanto, una muy buena noticia. Sin embargo, hay que confesar que el entusiasmo inicial se diluye rápidamente cuando uno prueba la capacidad del sistema para realizar traducciones de textos clásicos. Hice varios intentos y el resultado fue siempre desafortunado. Partiendo de un texto latino de mediana extensión y complejidad no puede obtenerse una versión española mínimamente comprensible. Veamos un ejemplo célebre, las tres preguntas con que Cicerón inicia la primera Catilinaria:


Texto original: Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?
Traducción de Google: ¿Hasta dónde tiene que tratar tanto con nuestra paciencia pasado, Catilina? ¿Por cuánto tiempo es que la locura de los suyos aún para burlarse de nosotros? ¿Con qué fin se aventura propia audacia!
Traducción: ¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿A qué extremos se arrojará tu desenfrenada audacia?

Los resultados no son mejores si uno realiza traducciones del español al latín. No se trata todavía, en conclusión, de una herramienta útil para el estudiante o el aficionado. A pesar de ello, la capacidad del sistema de aprender de las correcciones de los usuarios permite ser optimista sobre el perfeccionamiento de sus capacidades en el futuro.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La tristeza de haber sido feliz

Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio fue un distinguido filósofo romano de la Antigüedad tardía. Miembro de un afamado linaje aristocrático, contaba a numerosos cónsules e, incluso, a algunos emperadores, entre sus antepasados. A pesar de que nació (en el 481 d.C.) después de la caída del Imperio Romano de Occidente, Boecio llevó una vida típica para un miembro de la elite senatorial, llegando a ocupar él mismo el consulado (en el 510 d.C.), preservado todavía como reliquia del pasado en el reino de los ostrogodos.

Boecio llegó a ocupar los puestos más altos en el entorno del rey ostrogodo Teodórico el Grande, pero por las intrigas de sus rivales políticos perdió la confianza del soberano y fue arrestado. Tras un año en prisión, fue brutalmente ejecutado. Mientras aguardaba su trágico destino, Boecio compuso en prisión una de las obras maestras del pensamiento occidental: La consolación de la filosofía.

La obra toma la forma de un extenso diálogo entre el propio Boecio y la Filosofía, representada como un personaje femenino que se le aparece para explicarle el problema del destino, es decir, por qué los malvados logran recompensa y los justos sufren castigo. Filosofía intenta suavizar el padecimiento de Boecio demostrándole que la verdadera felicidad consiste en el desprecio de los bienes mundanos  y en la posesión de otro imperecedero, que coincide con la Providencia universal que gobierna todas las cosas.

Es un libro impactante, cuya lectura no puede dejar de conmover. No se trata de un frío ejercicio teórico, Boecio busca en la filosofía respuestas ante una realidad amenazante que se aproxima inexorable. La propia experiencia de haber dejado las cimas del poder para ser humillado de la peor manera imaginable es la prueba irrefutable de la volubilidad de los asuntos humanos y de los caprichos de la fortuna. Como lo dice el mismo Boecio en una cita que se ha vuelto célebre:

Nam in omni adversitate fortunae infelicissimum genus est infortunii, fuisse felicem

Porque en todos los reveses de la fortuna el pesar que más agobia es el haber sido feliz

jueves, 23 de septiembre de 2010

En el XXI Simposio Nacional de Estudios Clásicos

Los frecuentes viajes son una de las características que encuentro más atractivas de la vida académica. Esta vez el viaje ha sido corto. Me encuentro por estos días en la ciudad de Santa Fe, para asistir al Simposio Nacional de Estudios Clásicos organizado por la AADEC. Se trata de uno de los eventos más significativos que reúne a gran parte de los especialistas que desde diversas disciplinas se abocan a la investigación del mundo antiguo en Argentina. El congreso se ha destacado por una organización impecable, por el gran nivel académico de las contribuciones y por la importante cantidad de expositores y conferencistas extranjeros que han llegado desde Chile, Brasil, Colombia, Venezuela, México, EE.UU., Canada, Holanda, España e Italia por mencionar sólo algunos de los países más representados. Más allá del interés científico, los congresos constituyen siempre una oportunidad para el rencuentro con colegas y amigos a los que las distancias no nos permiten ver seguido. Los Simposios de Estudios Clásicos ofrecen, por su nutrida asistencia, amplia oportunidad para esos reencuentros. La experiencia más placentera del Simposio ha sido, sin embargo, el hecho de que algunos estudiantes locales se acercaran al reconocerme por mi foto en esta página y se revelaran como lectores asiduos de este blog. Poder dialogar con ellos es un gusto que compensa todos los esfuerzos que conlleva este humilde proyecto.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Como lo porvenir nos preocupa más que lo presente




 No estamos nunca concentrados en nosotros mismos, siempre permanecemos más allá: el temor, el deseo, la esperanza nos empujan hacia lo venidero y nos alejan de la consideración de los hechos actuales, para llevarnos a reflexionar sobre lo que acontecerá, a veces hasta después de nuestra vida.
Calamitosus est animus futuri anxius.
El siguiente precepto es muy citado por Platón: «Cumple con tu deber y conócete.» Cada uno de los dos miembros de esta máxima envuelve en general todo nuestro deber, y el uno equivale al otro. El que hubiera de realizar su deber, vería que su primer cuidado es conocer lo que realmente se es y lo que mejor se acomoda a cada uno; él que se conoce no se interesa por aquello en que nada le va ni le viene; profesa la estimación de si mismo antes que la de ninguna otra cosa, y rechaza los quehaceres superfluos y los pensamientos y propósitos inútiles. Así como la locura con nada se satisface, así el hombre prudente se acomoda a lo actual y nunca se disgusta consigo mismo.


Michel de Montaigne

sábado, 11 de septiembre de 2010

Attempto (me atrevo) - el lema de la Universidad de Tübingen


Una palma y la palabra latina attempto (me atrevo) eran la divisa personal del conde Eberhard de Württemberg (Eberhard im Bart, 1445 - 1496). Eberhard eligió la palma no, como se cree normalmente, para hacer referencia a su peregrinación a Tierra Santa en 1468, sino porque se trataba de un motivo con una la larga tradición como símbolo de la vida, la constancia, la victoria y la justicia. Con ella señalaba el conde la legitimidad y justicia de su gobierno. Eberhard estampó su divisa en todas sus construcciones y, entre ellas, en los primeros edificios de la universidad de Tübingen, que fundara en 1477.

Eberhard no dominaba el latín, pero una larga residencia en Italia lo había impregnado de los intereses del humanismo, transformándolo en un ávido lector de traducciones de textos clásicos. Esas inquietudes intelectuales explican también su decisión de fundar una casa de estudio en sus dominios. El conde invirtió fuertes sumas para colocar a la nueva universidad a la altura de los estándares de la época y tuvo éxito en transformarla en un centro académico de relevancia regional que gozaría de una larga y fructífera historia.


La palma y la palabra attempto fueron adoptadas como logo oficial de la universidad de Tübingen recién en el año 1977, en ocasión de celebrarse el quinto centenario de su fundación, aunque ya se habían utilizado extraoficialmente mucho antes. A pesar de su adopción reciente, puede decirse que la divisa del conde Eberhard ha caracterizado toda la historia de esta universidad que, basada en la pequeña pero hermosa ciudad de Tübingen, ha logrado posicionarse entre las casas de estudio más prestigiosas de Alemania.

Tübingen es una ciudad esencialmente universitaria. Como dicen sus habitantes, Tübingen no tiene una universidad, es una universidad. Una verdadera república académica. Por todo ello estoy sumamente contento de regresar allí próximamente para una estadía de investigación gracias al programa de reinvitación del DAAD.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Concedo nulli – relanzando Latin quotes

Después de mucho tiempo de inactividad, me decidí definitivamente a relanzar la versión inglesa de citas latinas, latin quotes. Con ello sólo quiero decir que he modificado un poco el diseño de la página –en realidad, sólo para hacerlo más simple todavía-  y escrito una nueva entrada. El alter ego inglés de este blog no dejará nunca, probablemente, de ser nada más que un experimento -y con poquísimos lectores, por cierto. A pesar de todo ello, me atrae la idea de presentar versiones en inglés de algunas de las mejores entradas de citas latinas. Es interesante ver como lo que uno plantea en principio como una traducción, termina transformándose en algo ligeramente diferente.

Hoy fue una buena excusa para volver sobre una de mis frases latinas favoritas, concedo nulli, no cedo ante nadie, el lema personal del gran humanista Erasmo. El pintor Hans Holbein realizó para Erasmo el grabado que encabeza esta entrada como diseño para un vitral. En el vemos al dios romano Término representado como un mojón cuya parte superior se transforma en busto. Según la leyenda, cuando el rey romano Tarquino inició la construcción del templo de Júpiter Máximo en el Capitolio, la roca que representaba al dios Término no pudo ser desplazada para hacer lugar al nuevo edificio a pesar de que se realizaron ingentes esfuerzos. Los romanos lo interpretaron como una profecía de que Roma nunca vería retroceder sus límites. Por muchos siglos fue cierto.

viernes, 27 de agosto de 2010

Mi tesis doctoral publicada como libro

No es mi costumbre mencionar aquí temas personales, pero creo que se trata de un acontecimiento que merece hacer una excepción. Mi tesis doctoral, Eliten und Kultur. Geschichte der römischen Literaturszene (240 v. Chr. – 117 n. Chr.) -rendida en la universidad alemana de Tübingen en el año 2007- ha aparecido como libro publicada por la editorial Rudolf Habelt de la ciudad de Bonn. Es, por supuesto, una inmensa satisfacción ver tantos años de trabajo alcanzar finalmente su objetivo definitivo.

El objetivo del libro es presentar una historia social de la literatura latina desde sus orígenes hasta finales del siglo I d.C., es decir, comprender como la escritura fue ganando un papel cada vez mayor en la sociedad romana para llegar a transformarse en una actividad típica para los miembros de la elite. También estudio allí con detenimiento el complejo tema del público lector de la literatura antigua, tan debatido por los especialistas.
Si bien creo que algunas cosas podrían haberse seguido perfeccionando para que el libro fuera mejor, coincido con Alfonso Reyes en que “lo malo de no hacer imprimir las obras, es que se va la vida en rehacerlas”.

martes, 10 de agosto de 2010

Cuando llega la tarde…

Cuando llega la tarde, regreso a mi casa y entro en mi estudio. Dejo en la puerta mi ropa de trabajo, cubierta de barro y polvo, y me cubro con ropajes regios y suntuosos. Así, apropiadamente vestido, penetro los viejos palacios de los hombres antiguos y ellos me reciben con afecto. Allí me nutro de un alimento que me pertenece y para el que he nacido. Allí no me avergüenza hablar y preguntarles las razones de sus acciones. Ellos, con generosidad, me responden y por cuatro horas no siento aburrimiento, olvido todo problema, no lamento mi pobreza, no tengo miedo a la muerte y me entrego por completo.

Me gustaría ser el autor de estas palabras -pues expresan con singular belleza un sentimiento que comparto- pero proceden de una carta de Maquiavelo a Francesco Vettori, escrita en Florencia, el 10 de diciembre de 1513. Hace un tiempo intentaba explicar en esta página qué es el humanismo. Maquiavelo lo hace mucho mejor en este párrafo: El humanismo es el diálogo con los clásicos.